RESEÑA: ‘Spirited Thief’ – Ideal por si extrañas el sigilo de Metal Gear Solid
Sí, sí lo dije y lo voy a sostener: si estás buscando algo que te recuerde a cómo eran las primeras entregas de Metal Gear / Metal Gear Solid, quizá Spirited Thief es para ti. Por supuesto, sólo me refiero en este apartado. Aquí no encontrarás una historia mega profunda de tintes políticos y personas que suplantan la identidad de otras, misiones de espionaje, etc., más bien, nos pondremos en el papel de un desafortunado ladrón y un espíritu que es su único amigo en el mundo.

Por supuesto, uno pensaría que el honor y la hermandad entre los ladrones es algo real y que existe, pero al menos para nuestro protagonista, parece que todo va de mal en peor, pues no sólo tiene que robar para vivir (pues es un ladrón, jaja), sino que además de todo, lo “hace mal”, no saliendo con suficiente botín en la mayoría de las ocasiones.
Lo anterior nos deja un sabor de boca agridulce, pues la narrativa y la inteligente construcción de los diálogos del juego de Koi Snowman Games hacen que empatices con él, que te sientas mal y bueno, que hagas el esfuerzo por ser un ladrón decente.

Si te contamos esto es porque pronto te darás cuenta que en Spirited Thief, serás bien recompensado por tu valentía, y en el peor de los casos, serás castigado por tus errores y por ser un ambicioso sin inteligencia alguna. Pero basta de charla. Te explicamos de qué va la cosa.
Un ladrón con depresión y un fantasma bien muerto
Como lo mencioné antes, la historia y los diálogos están bien escritos para que desde los primeros minutos podamos sonreir a través del carisma de los personajes. El juego nos presenta a dos protagonistas, Trin y Elaj. El primero es un espíritu que no debería estar ahí, pero nos acompaña y es una especie de alivio cómico, y Elaj, que está en el Gremio de los Ladrones esforzándose por no desmoronarse y por cumplir con las cuotas de botín.

El juego está pensado para que los jugadores puedan poner a prueba su memoria, capacidad de estrategia y resolución de acertijos a través de estos dos seres. Se compone de un gameplay basado en turnos y fases, básicamente siendo la primera de reconocimiento y la segunda de ejecución.
En los más de 15 escenarios que nos presenta el juego, tomaremos -en inicio- el rol de Trin, con quien podremos explorar con -casi- completa libertad el mapa del sitio que debemos robar. Podemos atravesar puertas, mirar a los enemigos de lejos, reconocer los lugares donde están las llaves y algunos interruptores mágicos que nos impedirán el acceso físico a ciertas habitaciones. ¿Por qué es importante esto? Porque somos un equipo: uno reconoce todos los obstáculos, y el otro, roba con toda la información que ya obtuvo su compañero.

Una vez que termina la fase de reconocimiento, es hora de poner manos a la obra. Al controlar a Elaj, tenemos un par de manos para robar, tomar llaves, noquear a los guardias y por supuesto, robar (sí, otra vez). Aquí la mecánica cambia porque conforme pase el tiempo, los guardias o enemigos se pondrán más agresivos, y tendremos que poner a prueba la memoria e imagen mental que obtuvimos a través de la exploración con Trin.
El juego me recuerda muchísimo a la tensión de las VR Missions de Metal Gear Solid (o a MGS en general), por lo que si has jugado este título, ya te puedes hacer una idea de qué tan complicado es.
Hablando un poco más de esto, no quiere decir que porque Trin sea un fantasma es indetectable, de hecho, por cada ocasión que seas revelado serás castigado con el olvido de parte de lo ya explorado, así que piensa bien lo que haces; eso sí, es útil poder marcar a los enemigos para poder “escucharlos” o ver por dónde han pasado, así que usa todo lo que tengas a la mano.

La dificultad puede variar dependiendo de qué tan bueno seas para memorizar y resolver acertijos, o bien, de tu ambición. El juego en sí te da diferentes objetivos al iniciar los diferentes niveles, pero hay otros requisitos adicionales que puedes cumplir si quieres (como robar X cantidad de piezas de oro), pero ojo, que si te descubren tres veces, tendrás que empezar todo de nuevo.
Lo mejor es que -según yo-, no hay manera de que las cosas no salgan mal en algún momento, lo que aumenta tensión y dificultad al juego (hay puertas que tienen alarma y sí o sí se va a activar). Bien resuelto si me lo preguntan.
Lo estuve jugando en la dificultad “normal” y en las más difíciles, y de verdad que duele perder, pero es igual de gratificante saber que puedes planear bien una estrategia y ejecutarla. Spirited Thief se lleva una estrellita en la frente a la hora de hacerte sentir bien.
Spirited Thief: Así se juega con el Pixel Art
Los juegos en Pixel Art siempre son bonitos. El hecho de mirar este tipo de gráficos siempre es un abracito para mi corazón retro, pero si algo tenemos que destacar además del bonito trabajo de los sprites, es el cómo se juega con las fuentes de luz y los elementos visuales que son ayudas para el jugador. En escrito es medio difícil de explicar, pero a veces ni siquiera hace falta ver un menú o leer algo, los iconos harán todo el trabajo.
Spirited Thief merece que le pase todo lo bonito en la vida. Es un gran año para los videojuegos, y qué bien que pueda ser parte de ello.