RESEÑA: Cult of the Lamb – Vive toda la diversión de los cultos sin estar en uno
Devolver Digital siempre llega a sorprendernos con juegos que se salen de lo común y que a veces pueden llegar a parecer un tanto extraños. Cult of the Lamb es uno de estos, un indie con una propuesta graciosa e interesante que te atrapa al instante con sus diseños tiernos y su trasfondo oscuro.
Los contrastes están muy bien marcados aquí, por un lado tenemos a estos adorables animales que cosechando frutos y cortando madera, por el otro lado tenemos a estos mismos animales adorables celebrando ceremonias de sacrificios mientras bailan que uno de los suyos fue devorado por algún demonio.
Todo está muy raro y bonito al mismo tiempo. Poniendo esto aparte, Cult of the Lamb toma el género de roguelite de una forma espléndida y lo junta con algunas mecánicas de simulación a lo Animal Crossing, creando este monstruo que consumirá tu tiempo y el alma de tus seguidores.
A las órdenes del todopoderoso
Cult of the Lamb gira en torno de un pequeño cordero que es sacrificado por unos demonios para evitar que una profecía se vuelva realidad. Mueres -como será costumbre en el juego- pero un ser poderoso que está encadenado te revive con la única condición de que formes un culto que lo alabe y lo regreses a la gloria.
De esta forma empieza tu culto -al cual puedes nombrar después-, sólo estás tú, pero tu gran fuerza de voluntad y determinación atraerá a otros hacia a ti, o bien los puedes secuestrar. Tu objetivo es derrotar a quienes te mataron y convertir a esa criatura que te revivió en la única deidad.
Ahorita los cultos están de moda, afortunadamente por las razones correctas, pues varios están siendo funados por las prácticas poco humanas que realizan para poder conseguir y conservar seguidores. Aquí podrás hacer todo eso que has escuchado sin el remordimiento de que estás haciendo cosas malas.
Cult of the Lamb es un juego satírico que no sólo busca poner al ojo público lo que pasa en el mundo real, sino que también te ofrece muchas muchas horas de diversión gracias a su fantástico gameplay y buena implementación de mecánicas del género roguelite y de simulación.
Hasta puedes encontrar el amor, en 10 seguidores diferentes a la vez. Video: Yael Cantero/Devolver Digital
Morir sólo te iluminará más
Cult of the Lamb hace la implementación del rogulite de forma magnífica, pues las mezcla con las del simulador para generar este sistema que funciona muy bien. Como en juegos de este género deberás de ir consiguiendo recursos en tus runs, mientras intentas no morir, aunque a veces es inevitable.
Al regresar de tu run exitosa/fallida deberás de utilizar estos recursos que conseguiste para ir formando una pequeña aldea en donde tus seguidores vivirás y se ganarán la vida de una forma honrada, todo esto mientras te muestran su devoción hacia ti.
Las runs van tomando forma con el sistema ya clásico del género, empiezas en una zona, vas recorriéndola hasta llegar al final y después te dan a elegir algún camino que te llevará a un enfrentamiento, alguna tienda o a un nuevo seguidor, así hasta llegar con algún jefe.
Podrás ir consiguiendo mejoras para que tus runs sean más sencillas conforme va creciendo tu culto, por lo que mantener a tu seguidores felices es parte esencial de Cult of the Lamb. Despiértalos a las 7am para que escuchen tus predicamentos y no olvides cobrarles el diezmo, porque todo es por un bien común…tu bien.

Cada adepto tiene sus ventajas y desventajas. Captura: Yael Cantero/Devolver Digital
La pacífica vida de un culto
Cult of the Lamb no sólo se trata de matar enemigos, alabar a entidades misteriosas y de morir, también encontrarás paz en este juego. Puedes convivir con tus seguidores, pasar una tranquila tarde pescando o iniciar un rito satánico para que todos bailen alrededor de una fogata mientras hacen cánticos diabólicos.
Debes de ir dándole forma a tu aldea y religión, pues cada cosa que construyas o cada nueva doctrina que declares le irán dando forma a tu culto. Las acciones que puedas realizar van a depender directamente de estas elecciones que hagas, como poder hacer funerales para los muertos o dárselos de comer a tus seguidores.

Aguas porque las jaiba te va a morder. Captura: Yael Cantero/Devolver Digital
Puedes construir enfermerías para tus seguidores, también puedes poner cultivos para que nunca falte el alimento. También puedes tomar un camino más espiritual en donde sólo la adoración y los rituales sean lo que mantengan tu fé y el estado en general de tus seguidores.
Las doctrinas son el núcleo de tu culto, lo que te caracterizará. Cult of the Lamb te da varios opciones, si quieres la poligamia, adelante, si deseas sacrificar gente, tambien puedes, si quieres drogar a tus seguidores para que se olviden que hay 5 muertos pudriéndose en la aldea, con gusto puedes hacerlo.

Hay que respetar a quienes se quedaron contigo por tanto tiempo. Captura: Yael Cantero/Devolver Digital
Los únicos pecados de Cult of the Lamb
El juego es excelente en todos los aspectos, pero no se queda exento de tener algunas cosillas malas. Los únicos pecados de Cult of the Lamb son algunos errores que tiene el juego, los cuales puedes dañar mucho tu experiencia.
En repetidas runs el juego no detectaba que había eliminado a todos los enemigos y no me dejaba avanzar, esto me pasó muchas veces en el tercer “mundo”. Otra error que igual me llegó a afectar es que no se registraron bien unas construcciones que mandé a hacer antes de iniciar un ceremonia de ‘vacaciones‘, ahora esos espacios se marcan como ocupados pero no los puedo terminar de construir. Algunas veces se soluciona cerrando el juego.
Hay otros errores menores, pero que no me afectaron tanto como estos. Fuera de esto el juego te ofrecerá horas de diversión. Perderás la noción del tiempo al estar decorando tu aldea o tratando de conseguir comida para que no mueran de hambre tus seguidores.
Aunque lo principal son las runs e intentar completarlas, las demás funciones de Cult of the Lamb están muy bien hechas y pensadas, que te distraerán de tu objetivo principal. Así que no dudes en intentar crear el mejor culto y poner el alto tu nombre.

Cuando ponen la cumbia de los monjes. Captura: Yael Cantero/Devolver Digital